11 feb 2016

INTERVENCIONES MILAGROSAS


Después de eventos recientes, de señales que si eres atento, las descubres, quiero compartir una de tantas experiencias maravillosas, milagrosas ! No nos damos cuenta, o por temor no lo aceptamos, pero nuestras peticiones realizadas con sentimiento y en ocasiones con tanto desespero ante momentos difíciles en nuestras vidas, son escuchadas, en otra frecuencia como esos mundos paralelos que vemos en cine, sin explicaciones lógicas o científicas. Tan sólo sucede. Como un soplo de  susurros sutiles.

Tengo muchos testimonios de la presencia de los ángeles durante varias etapas y cinrcunstancias de mi vida. Comparto dos, verídicas, luminosas y milagrosas !.
Conduciendo en una autopista durante horas, después de una jornada pesada, con mi hija de 6 meses dormida en su sillita en la parte trasera, me quedé dormida del cansancio. Me sobresalté con una voz que me decía : Despierta! al abrir los ojos, me encontré frente a la barra que separa la carretera del precipicio. La división negra con rayas amarillas. Paré muy asustada, dando gracias a Dios, pensando en mi hija ! Justo a unos metros, había un hotelito, donde decidí quedarme con mi bebé para retomar la ruta en la mañana.


De adolescente, fuimos a pasear con mis padres a un lago. Mientras ellos bajaban del auto, el canasto con la comida para preparar la cena, me fuí caminado hasta acercarme al agua y admirar el paisaje, donde me senté, retirada de mi familia. Cuando miré al frente, al otro lado del lago había un hombre, recuerdo bien su cara de agresividad y de mirada que me hizo sentir mucho miedo. Miré la distancia que me separaba de mis padres, y entendí que no alcanzaría a correr para huir de ese personaje, quien se veia que no tenía buenas intenciones. Me quedé petrificada mirándolo acercarse.

De repente él se detuvo. Justo detrás de mí llegó un perro blanco, grande, parecía un lobo blanco, me sorprendió la limpieza de su pelaje. Se sentó a mi lado, serenamente. Yo seguía atterorizada sin poder moverme, pero al estar junto a él, empezé a tranquilizarme viéndolo mirar fijamente al personaje que se fué retirando poco a poco. Era precioso, imponente, sus ojos con mirada tranquila, ya calmado al quedarse conmigo, mientras yo lo acariciaba, agradecida, adorándolo. Compartimos instantes que parecieron una eternidad, ese silencio restaurador mientras retomas fuerzas, y te dices que te salvaste de una situación traumática. Me preguntaba, de dónde salió? Me levanté y salí corriendo para contarles a mis padres, al voltearme ya no estaba mi maravilloso salvador blanco. Años después comprendí gracias a un libro, su aparición milagrosa. Hoy apenas descubro en Google que su raza se llama Pastor Blanco Suizo. No existen en mi país. Milagro sin necesidad de buscar explicación.



Son seres de luz que aparecen de la nada, en forma de animales, en forma de personas, en momentos de peligro, presencias milagrosas. Y al escribir esto, vienen otros recuerdos de otras intervenciones sorprendentes y amorosas. Abrazos alados para todos.